Era Septiembre 30 de 1962 cuando por fin decidí escaparme de mi casa para ir al famoso "Cavern Club". Mis padres nunca aprobarían que fuera a un lugar así, pero todos mis amigos hablaban de ese lugar y de un grupo llamado "The Beatles". Me puse de acuerdo con una amiga y abordamos el viaje. Tuve que tomar muchos camiones pues mi zona era muy retirada de el lugar, cuando llegamos la fila era enorme las chicas gritaban como locas, mi imaginación volaba que entonces ese lugar debería ser espectacular. Tuvimos muchísima suerte y los de seguridad nos dejaron entrar antes. Ya adentro, el lugar era obscuro y muy encerrado y en momentos olía feo, pero me sentía cómoda había mucho chavo, que disfrutaba el rock y divertirse y mucha gente bailando.
-Les doy la bienvenida al Cavern Club, con ustedes.. The Beatles...!!!-Dijo un señor ya grande y un poco gordo.
En eso toda la gente empezó a gritar como loca y muchas chavas se gritaban entre ellas, cuando de pronto 4 chavos muy apuestos subieron al escenario. El primero en subir tenia una expresión de cinismo y de bromista, muy guapo y alto con unos ojos muy profundos. El segundo en subir era un chavo que se veía era menor que todos, con cabello obscuro, mirada fija y ojos perdidos. El tercero era el de la batería me reí mucho porque era muy narizón. Tenía anillos en las dos manos y un cigarro en la boca... El cuarto en subir era un chavo muy guapo, con cabello y ojos hermosos, una sonrisa que deslumbraba y un porte muy elegante, bromista, simpático y muy guapo. Al verlo me puse muy nerviosa, era sumamente guapo y atractivo tenia una energía muy impactante, no podía dejar de verlo un segundo. El me volteo a ver y me guiño el ojo. Sentía que me desmayaba, el chico del bajo había notado mi presencia, -¿habrá notado que no le podía quitar la mirada?- Pensé -que pena si noto que no lo dejaba de ver-.
-Esta canción es un cover de Chavela Vargaz, compositora mexicana. Se llama 'bésame mucho'- Dijo el de los ojos hermosos, sin quitarme la mirada de encima. Parecía que me lo decía a mi, no podía creerlo.
-Solo quitale la mirada de encima Paul-, dijo el hombre de mirada cínica. En eso, este ultimo me guiño un ojo y yo casi me desmayaba de la impresión.
Paul solo le sonrió y dijo -No seas tonto John, que a ti no te halla visto no es culpa mía- Los dos empezaron a reír y yo solo me ponía cada vez mas roja.
No podía dejar de ver a Paul ni a John, eran hermosos simplemente hermosos...